
Participan activamente en la Fundación Fade, Volunteer Foundation para proporcionar asistencia terapéutica y emocional a los usuarios del cáncer.
Cartagena (Murcia), 5 (Europa Press)
Un grupo de estudiantes del Diploma en Fisioterapia de Ucam Cartagena se ha unido a la unidad de ejercicio físico oncológico del Hospital Santa Lucía dentro de un programa de voluntariado dirigido por la Fundación Fade con el Ministerio de Política Social, Familias e Igualdad.
Este proyecto trata de acompañar a los pacientes oncológicos durante las sesiones de ejercicio, ofreciendo no solo la supervisión técnica, sino también el apoyo emocional y el empoderamiento, según fuentes de la institución didáctica en un comunicado.
El propósito es que cada paciente se sienta seguro y motivado durante todo el proceso de recuperación. El trabajo de los estudiantes consiste en guiar a los usuarios para realizar los ejercicios, asegurando que se ejecuten correctamente y se adapten a las capacidades individuales de cada uno.
Además, ofrece un cercano que fortalece la adhesión al programa, especialmente para los más limitados físicamente, que reciben una capacitación más personalizada.
Esta acompañante es fundamental para las personas participadas, porque no solo proporciona el apoyo físico necesario para realizar ejercicios seguros y eficientes, sino también apoyo emocional crucial durante el proceso de recuperación. Los pacientes con cáncer están experimentando múltiples desafíos, tanto físicos como psicológicos, y la ayuda emocional ofrecida por los voluntarios les ayuda a mantener la motivación, superar los momentos de desánimo y mejorar su pozo general.
Alejandro Medina, un estudiante voluntario y fisioterapia, explica que «me gusta el voluntariado, porque me permite aplicar mi conocimiento sobre la hipertrofia y qué mejor manera de ayudar en algo que soy competente».
En la misma línea, Paloma Rico, otro participante, enfatiza que «tratamos de facilitar su adhesión al tratamiento, estableciendo una relación cercana, casi como una familia». Esto, según Inma López, asistente social y responsable de ser voluntario al frente, es crucial, porque «estas iniciativas son esenciales para futuros profesionales, la acompañante emocional es esencial para los pacientes».
Este programa no solo beneficia a las personas, sino que también ofrece a los participantes una valiosa oportunidad para desarrollar habilidades profesionales en un entorno real, contribuyendo a la bienvenida de la comunidad.